miércoles, 27 de enero de 2016

Las feministas que coartan a las mujeres

Con la que está cayendo en el país, ya que el mismo se ve liderado por un presidente en funciones, ya que los partidos políticos están mareando la perdiz para no dejar de gobernar al Partido Popular, formación más votada en España el pasado mes de diciembre, hay quien todavía se preocupa por sandeces. Y con ello me refiero a un asunto que ya empieza a tocarme los ovarios. Les cuento. Cierto colectivo de feministas y partidos políticos, quieren quitar de un plumazo el típico concurso que se celebra cada año para elegir a un grupo de mujeres, para representar a una localidad en concreto durante el resto del año por diferentes puntos acordados.

Fíjense... Un tema de tan poca trascendencia, pero al cual no dejan de sacar punta. Parece que importa demasiado este asunto, sobre todo ciertas adeptas y políticos de partidos muy variopintos, ya que se han puesto en pie de guerra ante la llegada de fiestas donde hay que elegir a féminas para representar una ciudad, como se realiza de costumbre cada año.

Con la burda excusa de “mujer florero”, definen a todas y cada una de las jóvenes que deciden de forma libre presentarse a este tipo de concursos. Una idea disparatada para los/as inconformistas que opinan que la mujer vale para mucho más que para lucir su cuerpo. Y en eso estamos de acuerdo, pero ¿Dónde queda la libertad de esas chicas de continuar con una tradición tan arraigada como la elección de Ninfas, Coquineras, Piñoneras, etc…? Acaso ¿queréis coartar la libertad de decidir de estas mujeres?

Primero fue Cádiz con el concejal de Fiestas a la cabeza, suprimiendo de un plumazo la figura de las Ninfas y Diosas del Carnaval, que semanas después tuvo que dar marcha atrás por la presión de la ciudadanía y las propias aspirantes. Más tarde el concejal delegado de Fiestas en Puerto Real, que no tardó en pronunciarse con las Damas de la Feria de la villa, argumentándoles que iban a prescindir de su figura representativa por mero asunto ético y también económico, ya que el consistorio no tiene para sufragar los gastos de las siete Piñoneras. Por último y no menos importante, el aparecido en prensa hace un par de día, donde un grupo de feministas portuenses, afirma tener la intención de abolir la elección de las Coquineras de la ciudad, por motivos más que utilizados y cansinos en los que asegura que “la elección de coquinera utiliza a la mujer como un mero objeto”. A ello añaden el desembolso que las arcas municipales tienen que hacer para los gastos protocolarios de las chicas. 

Dicho esto, como mujer siento vergüenza ajena de los que utiliza al sexo femenino para sacar un rédito político o en el caso de estas asociaciones, el tener un mínimo de protagonismo en la prensa. Les recuerdo que a este tipo de concursos acuden ciudadanas mayores de edad y de forma opcional. Nadie las obliga a ello. Con lo cual no veo el mayor problema. Creo que la problemática surge cuando empezamos a prohibir desde ciertos sectores, a actuar de una manera u otra para mostrar al mundo entero lo progres que somos. 

Si indagamos más en el tema, llegamos a la conclusión que el presunto hecho de “mostrar a una mujer” como un trofeo, no es solo lo que molesta a estos colectivos, sin el hecho de no valorar otros aspectos tan llamativos como los valores humanos, la trayectoria académica, la vida laboral, etc… 

Si bien es cierto que estos aspectos son altamente importante, ya que como premisa tendría que elegirse de cada localidad lo mejor, no hay que obviar que cualquier mujer es válida con o sin estudios. ¿O vamos a discriminar a aquellas que no han tenido opción a ello? El saber estar y la educación en valores es mucho más importante a mi entender, que un título colgado en la pared. De hecho conozco casos con master inclusive, donde la falta de respeto ha estado tan presente, que una siente vergüenza ajena de ello. 

Para los que aseguran que es un certamen de belleza y que en el mismo no se contempla los valores recientemente mencionado, puede que sí. Pero también he de decir que la belleza es algo tan relativo, que en la mayoría de las ocasiones el jurado no da su mejor fallo. 

A relucir sacan la supuesta “imposición” que se hacen desde los Ayuntamientos a la hora de asistir al evento con una cierta indumentaria. No piensen mal. No piden nada del otro mundo, solo ropa de calle y traje de noche. Algo normal por otra parte, ya que un evento de esta índole así lo requiere. No olviden que la elegancia es saberse poner lo adecuado en casa momento. Así que por esta regla, no se van a presentar con ropa de dormir, no es una fiesta pijama. 

A las que aún así piensan que no hay que puntuar por el aspecto físico, he de decirles que la primera impresión es la que cuenta. No quiero ni pensar este tipo de colectivos si tiene una entrevista de trabajo, como se presentarían en la reunión… Como opinan que la indumentaria no es lo importante… 

En resumidas cuentas y siempre desde mi modesta opinión, creo que no sois nadie para comenzar una cruzada feminista en nombre de mujeres que con ilusión o sin ella respetan esta tradición gaditana. Detesto las imposiciones por los santos ovarios o cojones que los seres humanos ponen encima de la mesa, cuando algo no les parece lo apropiado por “moda”. 

Yo pediría, más cruzadas en nombre de la igualdad. En nombre de las cientos de mujeres que mueren cada año a consecuencia de la violencia de género. Mas presencia educativa en valores humanos en los hogares y centros educativos. Más sensibilización en el tejido empresarial. 

Recordarles a estás féminas de pro, que alzan la voz sin que nadie las llame, que hay que luchar por la integración, sin ser diferentes o por el simple hecho de ser mujer tener unos ciertos privilegios. Y con ello me refiero, a que quiero ser igual que un hombre, cobrar lo mismo que ese señor que en mi categoría profesional hace lo mismo que yo. Quiero tener la misma oportunidad para entrar en cursos, sin tener el beneplácito que solo sea “exclusivo” para nosotras. Quiero borrar del calendario, todas esas fechas que los hombres no tienen y que nosotras creamos de manera absurda, en la que nos recuerda que somos mujeres… Quiero… 

Quiero tantas cosas, pero la principal es no ser distinta a él. Si empezamos a desmarcarnos, a despuntar de manera única nunca se nos tratará como personas sino por nuestro sexo. No deseo esto para mis hijas, ni para mis nietas, ni mis amigas… Quiero decidir por mi misma mostrando cada día con mis hechos la valía que tengo como persona. 

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