Un pase de modelos para optar a representar una ciudad
Como cada año cuando llega el Carnaval, la Feria o las Fiestas patronales de cualquier localidad, se lleva a cabo el tradicional concurso de elección de chicas, las cuales serán las encargadas de representar a su localidad natal durante todo el año en curso en los diferentes eventos tanto a nivel local como provincial.
Cada edición vemos a guapísimas chicas, en su gran mayoría jóvenes, con la ilusión de ser las elegidas. Mi pregunta es muy sencilla ¿Qué cualidades debe tener una mujer para representar a su ciudad? ¿Hay algún requisito mínimo para poder optar a dicho nombramiento? Si somos sensatos, a la cabeza se nos vendrían muchas condiciones que deberían cumplirse a la hora de poder representar una ciudad. Y es que a todos nos gustar saber que esas chicas tendrán educación, cultura, inteligencia, y demás calificativos que para nada están relacionados con la mera apariencia física. Si sacamos a relucir que en este tipo de elecciones no se premia a la belleza, bien es cierto que pocas chicas metidas en carne o con un ligero sobrepeso serán las afortunadas, sin contar aquellas que superar la edad de los treinta.
Durante la tarde de éste domingo me ha dado tiempo a reflexionar sobre lo vivido, éste fin de semana, en dos lugares de la geografía gaditana, donde se han celebrado concursos de este tipo. Lo que más me llamó la atención, fueron las pruebas que tienen que pasar las aspirantes antes de ser elegidas por el jurado. Las mismas se limitan a un simple pase de modelos con indumentaria de calle y otro con algún vestido de noche. Tras comprobar que cada año siguen con la misma tónica de selección, me ronda una cuestión muy simple ¿Así medimos el saber estar, la cultura o la inteligencia de una mujer?
Mi experiencia en medios de comunicación, me hace llegar a esta conclusión. Y es que han sido muchas las entrevistas a diferentes chicas las que se han ido sucediendo en el tiempo. Si es cierto que me he encontrado de todo, hay que reseñar las que te atienden de forma amable y educada, las que de forma tímida te cuentan su experiencia, y las que solamente sacan a relucir la “pechá de comilonas que se están dando”, de forma textual, mientras van picoteando de todas las bandejas que pasan por su lado, en el evento donde se encuentran. Y es a esto a lo que me refiero. No podemos dejar en manos de cualquiera el cometido con el que a estas se les premia.
Dicho esto no quiero generalizar, ya que también encontré a otras tantas muchachas que han mostrado desde el minuto uno su valía, no solo por su belleza sino también por su saber estar y educación, algo que las ha caracterizado y las hace única.
Con todo lo meditado hoy, solo quiero puntualizar el papel de cualquier jurado. Una labor difícil y que tiene la finalidad de fallar en este tipo de certamen. Todos deberíamos de dejar a un lado la triste simpleza de una bonita cara o un buen cuerpo, ya que ambas cosas son tan relativas, ya que lo que nos puede parecer más bonito no tiene por qué ser así. Cada uno tenemos un criterio diferente y una forma muy distinta de percibir la belleza. Dejemos a un lado lo físico e introduzcamos en la verdadera esencia de un ser. Tres horas de pases, no pueden mostrar las verdaderas cualidades de una mujer, las mismas que llevaran por bandera durante los 365 días del año, el nombre de nuestra tierra allí donde pisen.
Cada edición vemos a guapísimas chicas, en su gran mayoría jóvenes, con la ilusión de ser las elegidas. Mi pregunta es muy sencilla ¿Qué cualidades debe tener una mujer para representar a su ciudad? ¿Hay algún requisito mínimo para poder optar a dicho nombramiento? Si somos sensatos, a la cabeza se nos vendrían muchas condiciones que deberían cumplirse a la hora de poder representar una ciudad. Y es que a todos nos gustar saber que esas chicas tendrán educación, cultura, inteligencia, y demás calificativos que para nada están relacionados con la mera apariencia física. Si sacamos a relucir que en este tipo de elecciones no se premia a la belleza, bien es cierto que pocas chicas metidas en carne o con un ligero sobrepeso serán las afortunadas, sin contar aquellas que superar la edad de los treinta.
Durante la tarde de éste domingo me ha dado tiempo a reflexionar sobre lo vivido, éste fin de semana, en dos lugares de la geografía gaditana, donde se han celebrado concursos de este tipo. Lo que más me llamó la atención, fueron las pruebas que tienen que pasar las aspirantes antes de ser elegidas por el jurado. Las mismas se limitan a un simple pase de modelos con indumentaria de calle y otro con algún vestido de noche. Tras comprobar que cada año siguen con la misma tónica de selección, me ronda una cuestión muy simple ¿Así medimos el saber estar, la cultura o la inteligencia de una mujer?
Mi experiencia en medios de comunicación, me hace llegar a esta conclusión. Y es que han sido muchas las entrevistas a diferentes chicas las que se han ido sucediendo en el tiempo. Si es cierto que me he encontrado de todo, hay que reseñar las que te atienden de forma amable y educada, las que de forma tímida te cuentan su experiencia, y las que solamente sacan a relucir la “pechá de comilonas que se están dando”, de forma textual, mientras van picoteando de todas las bandejas que pasan por su lado, en el evento donde se encuentran. Y es a esto a lo que me refiero. No podemos dejar en manos de cualquiera el cometido con el que a estas se les premia.
Dicho esto no quiero generalizar, ya que también encontré a otras tantas muchachas que han mostrado desde el minuto uno su valía, no solo por su belleza sino también por su saber estar y educación, algo que las ha caracterizado y las hace única.
Con todo lo meditado hoy, solo quiero puntualizar el papel de cualquier jurado. Una labor difícil y que tiene la finalidad de fallar en este tipo de certamen. Todos deberíamos de dejar a un lado la triste simpleza de una bonita cara o un buen cuerpo, ya que ambas cosas son tan relativas, ya que lo que nos puede parecer más bonito no tiene por qué ser así. Cada uno tenemos un criterio diferente y una forma muy distinta de percibir la belleza. Dejemos a un lado lo físico e introduzcamos en la verdadera esencia de un ser. Tres horas de pases, no pueden mostrar las verdaderas cualidades de una mujer, las mismas que llevaran por bandera durante los 365 días del año, el nombre de nuestra tierra allí donde pisen.
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