La RADIO es mi vida
Por falta de tiempo debido a mi trabajo, no quería dejar
pasar la oportunidad de conmemorar, “a modo de post”, el Día de la Radio.
Aun recuerdo, algunas tardes de mi infancia metida en el
estudio –control de la radio local de mi pueblo. Desde niña sentí mi verdadera
vocación y no era otra que la de contar historias a todo aquel, que desde
cualquier rincón quisiera escucharme. Cierto es que mis sueños se hicieron
realidad muy pronto. Nunca pensé que pudiera conseguirlos, y es que no todo el
mundo tiene la suerte de trabajar hoy día en lo que le gusta, y menos aún
cuando es un gremio, tan complejo, y lo peor de todo a tan corta edad.
Haciendo memoria, salen a la luz las palabras de mi madre,
protectora en todas sus vertientes que no quería que pisotearan mis ilusiones,
si recibían un NO por respuesta al entregar mi currículum en cualquier medio.
Aun con ese intento de protección, di un paso adelante, siempre de la mano de
mis padres, mi abuela y el resto de mi familia, que aun con ese pellizco en el
estómago, me acompañaban en cada escalón que subía para intentar conseguir mi
sueño.
Actualmente me queda mucho por recorrer, pero sigo con el
mismo deseo del primer día. Con los mismo nervios cada vez que me pongo frente
a él. El único compañero de viaje de una locutora, ese fiel amigo que nunca te
abandona y siempre va de tu mano o te mira directamente a la boca para que
pronuncies las palabras exactas al oyente que está al otro lado, y así se
sienta acompañado, entretenido, feliz, menos angustiado o simplemente coja el
sueño placenteramente.
Mi función no solo informar, contar acontecimiento, es
intentar con la voz transmitir un sentimiento, que haga que el que te oiga
piense que estas a su lado. Por qué, la imaginación aquí juega un papel
importante, que permite a la otra persona poneros, cara, color de pelo y ojos,
estatura y sobre todo cara.
Siento dependencia de esa droga que un día entro en mi
cuerpo, cual veneno sin piedad recorre todo mi ser a la hora de trabajar. La
RADIO no es otra cosa, que pasión, ser y virtud, de entre todos las vías de
comunicación, la más cercana, directa y la que más acompaña.
“Pasarán los años, y nacerán más vías de comunicación, pero ninguna con la esencia que desprendes tú, radio mía. Tímida como ella sola, que esconde la cara y solo muestra voces en el aire de quienes te dan forma con palabras, de hechos puntuales, a través de las ondas.
NO te apagues. Resintonizate cada segundo y sigue llegando al corazón de quienes te amamos, con tus pros y tus contras. Que el tiempo se adapte a ti y tú al tiempo, pero no pierdas tu esencia que sin ella el mundo se queda solo, y yo no me quiero quedar sola…”
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