domingo, 15 de febrero de 2015

La RADIO es mi vida

Por falta de tiempo debido a mi trabajo, no quería dejar pasar la oportunidad de conmemorar, “a modo de post”, el Día de la Radio.

Aun recuerdo, algunas tardes de mi infancia metida en el estudio –control de la radio local de mi pueblo. Desde niña sentí mi verdadera vocación y no era otra que la de  contar historias a todo aquel, que desde cualquier rincón quisiera escucharme. Cierto es que mis sueños se hicieron realidad muy pronto. Nunca pensé que pudiera conseguirlos, y es que no todo el mundo tiene la suerte de trabajar hoy día en lo que le gusta, y menos aún cuando es un gremio, tan complejo, y lo peor de todo a tan corta edad.

Haciendo memoria, salen a la luz las palabras de mi madre, protectora en todas sus vertientes que no quería que pisotearan mis ilusiones, si recibían un NO por respuesta al entregar mi currículum en cualquier medio. Aun con ese intento de protección, di un paso adelante, siempre de la mano de mis padres, mi abuela y el resto de mi familia, que aun con ese pellizco en el estómago, me acompañaban en cada escalón que subía para intentar conseguir mi sueño.

Actualmente me queda mucho por recorrer, pero sigo con el mismo deseo del primer día. Con los mismo nervios cada vez que me pongo frente a él. El único compañero de viaje de una locutora, ese fiel amigo que nunca te abandona y siempre va de tu mano o te mira directamente a la boca para que pronuncies las palabras exactas al oyente que está al otro lado,  y así se sienta acompañado, entretenido, feliz, menos angustiado o simplemente coja el sueño placenteramente.

Mi función no solo informar, contar acontecimiento, es intentar con la voz transmitir un sentimiento, que haga que el que te oiga piense que estas a su lado. Por qué, la imaginación aquí juega un papel importante, que permite a la otra persona poneros, cara, color de pelo y ojos, estatura y sobre todo cara.

Siento dependencia de esa droga que un día entro en mi cuerpo, cual veneno sin piedad recorre todo mi ser a la hora de trabajar. La RADIO no es otra cosa, que pasión, ser y virtud, de entre todos las vías de comunicación, la más cercana, directa y la que más acompaña.


“Pasarán los años, y nacerán más vías de comunicación, pero ninguna con la esencia que desprendes tú, radio mía. Tímida como ella sola, que esconde la cara y solo muestra voces en el aire de quienes te dan forma con palabras, de hechos puntuales, a través de las ondas.

NO te apagues. Resintonizate cada segundo y sigue llegando al corazón de quienes te amamos, con tus pros y tus contras. Que el tiempo se adapte a ti y tú al tiempo, pero no pierdas tu esencia que sin ella el mundo se queda solo, y yo no me quiero quedar sola…”

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