miércoles, 16 de diciembre de 2015

Llega la Navidad



Ya estamos inmersos en una de las fiestas que mas me gustan, como son las Navidades. Unas fechas muy señaladas en el calendario de cualquier cristiano y amante de la juega que no quiere perderse por nada del mundo un festejo con buena comida, bebidas y regalos; porque al fin y al cabo, es la autentica esencia de estas fiestas.
Por lo que a mí respecta, son muchas las emociones que se viven durante estas tres semanas restantes, recordando a los que faltan con nostalgia y con alguna que otra lágrima la mejilla haciendo memoria de los momentos vividos años atrás.

El 22 de diciembre para esta que les escribe con mucho cariño, es el día en el que podemos decir que el espíritu de la Navidad se apodera de nosotros. Levantarnos temprano para seguir por radio o televisión el sorteo extraordinario de Navidad, es todo un clásico. Cantos de niños y niñas, nervios, frío y sonidos típicos del evento, invaden cada rincón de mi casa.

Calentando motores para la primera de las celebraciones antes de finalizar el año, llega el 24 de diciembre y productos típicos junto a nuestros seres queridos y amigos, hacen que los mismos sean un autentico manjar. Todo llega a ser de color púrpura rodeados de esas personas que tanto amamos. Y la cosa no termina aquí, queda por delante un 25 de diciembre, catalogado como el día de las sobras, en el que vuelve a reunirse la familia para acabar con tanta comida realizada el día anterior, creyéndonos que sería poca para los comensales, pero que la misma podría alimentar a todo un regimiento.

En la misma línea navideña, las compras suelen estar a la orden del día. Mañanas y tardes pasadas de tienda en tienda, para los que no nos gusta comprar fuera de fecha y decidimos hacerlo en su época. Ropa, complementos, perfumes, electrónica, librería, etc… Son algunos de los departamentos más visitados para elegir ese regalo especial para esa persona que hay que regalar.

De compra a compra y tiro porque me toca, llega el ansiado 31 de diciembre con prendas rojas por todas partes, y cumpliendo con la tradición de seguir algún ritual para una buena entrada de año. Doce uvas, que simbolizan los doce meses del año, pidiendo por cada uno de ellos, salud, dinero y amor. Y quién dice uvas, dice aceitunas, kikos, chucherías, cucharadas de lentejas, cualquier producto que no nos haga quedar atrás en esta emblemática tradición. 

…Y llegó el 1 de enero. “Año nuevo, vida nueva”, propósitos de enmienda que comienzan y que no llegan a febrero y que otros se prolongan en el tiempo con mayor sabiduría y constancia para enriquecer nuestro “yo”. Y más comida, y bebida, y … En definitiva ganas de pasarlo bien.

Si antes hacíamos mención a los que nos gusta comprar en estas fechas, otros lo dejan todo para última hora. Minutos antes de cerrar los establecimientos como locos y locas, andamos buscando el detalle ideal que “no nos dio tiempo comprar”. Si sí, por falta de tiempo, pero todos los años pasa igual. Y que no se nos olvide mencionar el dulce típico para concluir esta celebración como es el “Roscón de Reyes”, típico del 5 de enero para degustarlo después de la cabalgata de Reyes o la tarde del 6 de enero.

Como verán simples excusas para pasar rodeados de los que más queremos y que por desgracia a lo largo del años no podemos hacer con mayor asiduidad. Desde esta líneas también un reconocimiento a todas aquellas personas que trabajan en estos días sean en establecimientos, hospitales, cuerpos de seguridad, etc… y que no disfrutan de igual manera las Navidades. A todos ellos un gran abrazo, al igual que a mis lectores…

Feliz Navidad y próspero año nuevo!

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